@article{cuervo_álvarez_2015, title={Rasputín en la Corte del Zar Nicolás II}, volume={30}, abstractNote={Licenciado en Historia y Geografía por la Universidad de Oviedo. Profesor en la FESDO y colaborador en diversas revistas científicas (España). "Antes de que podamos arrepentirnos, tenemos que pecar". (Grigori Rasputín). RESUMEN. La vida de Grigori Rasputín no deja de sorprendernos a pesar de los casi cien años transcurridos después de su dramático asesinato, en diciembre de 1916. Es difícil de entender, en un principio, cómo un humilde campesino siberiano rudo, sucío y semianalfabeto fue capaz de llegar a la Corte rusa y, no solo eso, sino llegar a ser con sejero de los zares e influir en la más alta esfera política rusa durante varios años, llegando a ser llamado "nuestro amigo" por los zares. Su ascenso se inicia a principios del s. XX, en la ciudad de San Petersburgo, cuando llega a esta ciudad de la mano de dos prestigiosos monjes ortodoxos (el obispo Her mógenes y el predicador Eliodoro) que le facilitarán contactos con la alta sociedad de la ciudad. Una casualidad, la enfermedad del zarévich Alejandro, junto con la fama de Santo y milagrero que tiene Grigori en San Petersburgo y el contacto que tiene habitual mente con la princesa Militsa de Montenegro, posibilitará el acercamiento y acogida de Rasputín en la Corte zarista. Al curar al zarévich, momentáneamente de su enfermedad, Rasputín será considerado, por la mística zarina Alejandra, como un Santo y, a partir de ahí, será un personaje imprescindible para los zares que, periódicamente, le llamarán para curar las recaídas puntuales del joven Alejandro. Los excesos y abusos de poder-y de todo tipo-cometidos por Rasputín provocarán un complot para acabar con su vida que será materializado, en}, author={Cuervo and Álvarez}, year={2015} }